Las herramientas disponibles para lograr un pronóstico
Ángulo de Cobb Este ángulo y el método de medición fue descrito por John Robert Cobb en el año 1948 – de ahí la denominación de ángulo de Cobb- y se utiliza hoy en día para la clasificación y seguimiento de la evolución de la escoliosis.
En una radiografía posteroanterior del paciente si trazamos una línea tangencial al platillo superior de la vértebra límite superior, y otra línea tangencial al platillo inferior de la vértebra límite inferior, observaremos como en el lado de la concavidad, estas dos líneas se cruzan formando un ángulo.
La unión de estas dos líneas define el denominado ángulo de Cobb como: el ángulo formado por la inclinación de la vértebra límite superior y la vértebra límite inferior que podemos medir en una vista frontal (antero-posterior) de una radiografía.
[Gracias a plantiaortopedia.com por una descripción tan claro].
Estudios publicados indican que para medir el ángulo de Cobb manualmente cuesta un operador experimentado alrededor de 217.9 s ± 24.1s.
Es una medida muy utíl, pero tiene algunos inconvenientes;
- Parece una medida sencilla de tomar, pero no lo es.
Tiene que medirlo una persona experimentada y especialista en este terreno. Entre personas experimentadas la variabilidad entre uno medición y otra de la misma columna es de unos 5 grados.
Incluso si la misma persona realiza la medición varias veces también hay esta variabilidad. Estudios han mostrado que la mediación del ángulo puede generar una discrepancia intra e inter-observador de aproximadamente 3 a 8 grados. Este margen de error no es enorme, pero es significativo, y además puede tener consecuencias importantes como clínicamente un incremento en el ángulo de Cobb de más de 5 grados en un periodo de 6 meses indica una EIA progresiva. - Hay que tener en cuenta que el ángulo de Cobb mide una curva en dos dimensiones. Nuestra columna tiene una estructura en tres dimensiones. La curva de escoliosis tiene una forma tridimensional donde, no solo hay una desviación con la formación de curvas, sino que también hay una rotación de las vértebras. Debido a esto, por sí solo el ángulo de Cobb no refleja la situación de la escoliosis, aunque nos da muchos datos.
EN CONCLUSIÓN
El ángulo de Cobb es el ángulo que el médico nos pinta en la radiografía cuando nos valora la escoliosis. Es un dato muy importante, pero dado sus limitaciones no es la única que debería utilizar para tomar decisiones sobre el manejo clínico del EIA.
Otras mediciones como la maduración óseo medida por las escalas Risser y Sanders, y datos sobre la menarquia ayudan enormemente en las decisiones de tratamiento.
En Parte 3 de esta serie comentáramos sobre estas escalas y su utilidad en el manejo de una columna EIA.