En los últimos años, se ha observado que el envejecimiento no viene únicamente dado por nuestra predisposición genética, sino que hay muchos otros mecanismos involucrados en este proceso.
Uno de ellos es la epigenética, que ha sido clave en la fisiología del envejecimiento, ya que nos ha permitido una mejor compresión de los procesos moleculares que ocurren al envejecer. Para entender cuál es el papel de la epigenética, se podría decir que la genética es un libro y la epigenética es la interpretación de este, las palabras son la base, pero el resultado final viene dado por la interpretación que hacemos del mismo.
La epigenética consiste en las modificaciones que se producen en la expresión de los genes, sin alterar su secuencia y que además pueden ser heredables.
Gran parte de los factores que pueden producir modificaciones epigenéticas, son factores ambientales, como la alimentación, la exposición solar, actividad física, contaminación, alcohol, fumar, entre otros.
Dentro de los diferentes mecanismos de la regulación epigenética, encontramos la metilación del ADN, las modificaciones de las histonas y los ARN no codificantes. Gracias a la comprensión de estos mecanismos, se han propuesto diferentes herramientas que permiten “medir” el envejecimiento, como los relojes epigenéticos. Lo interesante de estos relojes, es que nos pueden ayudar a identificar cuando se produce una aceleración o ralentización del envejecimiento, pudiendo plantear intervenciones para modificar el avance o incluso la reversión.
Uno de los relojes epigenéticos más famosos, es el de Horvath, que permite medir la edad biológica y ver como corresponde con la edad cronológica de los individuos. Este reloj utiliza el mecanismo de la metilación del ADN, observando los cambios y patrones que se producen en la metilación en el ADN en los tejidos corporales.
Con el aumento de la investigación en esta área se han propuesto nuevos relojes como el de Hannum, que también hace uso de la metilación. Este reloj sirve principalmente para ver cómo se desarrolla el proceso de envejecimiento, pero también informa sobre el posible desarrollo enfermedades relacionadas con la edad, como el cáncer.
Así mismo, se proponen otros relojes que también tiene capacidad predictiva de la edad basado en la modificación de las histonas, con el reloj de Rechsteiner, o basadas en los niveles de expresión de la miARN, como el de Huan.
Una de las ventajas de los relojes epigenéticos es que se pueden modular. Los mecanismos epigenéticos pueden ser reversibles, permitiendo intervenciones para la modulación del envejecimiento. Factores como el deporte, han demostrado que tiene capacidad para modular la epigenética y con ello reprimir la expresión de genes asociados a cáncer. Otro factor es el control de la ingesta, estudios realizados con restricción calórica han demostrado que se puede prolongar más la vida.
Actualmente, existe un interés en la búsqueda de dianas terapéuticas que puedan modular estos mecanismos epigenéticos y con ellos poder extender la vida y envejecer más saludablemente. En este sentido, Horvath y colaboradores, han publicado que el compuesto rapamicina puede ralentizar el envejecimiento epigenético.
EN CONCLUSIÓN, el papel de la epigenética en el envejecimiento es clave, por su capacidad moduladora y por poder ser reversible.
Gracias al papel de la epigenética, se proponen nuevos desafíos para la intervención de un envejecimiento saludable.
Referencias
Horvath, S., & Raj, K. (2018). DNA methylation-based biomarkers and the epigenetic clock theory of ageing. Nature Reviews. Genetics, 19(6), 371–384. https://doi.org/10.1038/S41576-018-0004-3
Ryan, C. P. (2021). ‘Epigenetic clocks’: Theory and applications in human biology. American Journal of Human Biology: The Official Journal of the Human Biology Council, 33(3). https://doi.org/10.1002/AJHB.23488
Simpson, D. J., & Chandra, T. (2021). Epigenetic age prediction. Aging Cell, 20(9). https://doi.org/10.1111/ACEL.13452
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